Una trayectoria de más de 100 años
En el año 1914, Cristalería del Uruguay S.A. fabricaba envases de vidrio. Luego de 80 años, esta empresa crea la firma Cristalpet S.A., una organización líder en la fabricación de preformas (producto intermedio a través del cual se consigue la fabricación de botellas) y botellas PET por inyección, mediante el proceso de soplado.
Con el concepto de economía circular sobre la mesa, Cristalpet S.A. busca trabajar con el material Polietileno Tereftalato (PET) para reciclar y crear envases. El PET es amigable con el medio ambiente; necesita de menos materia prima para su creación y deja una menor huella de carbono que la producción y traslado de envases de vidrio.
“El PET es un plástico muy noble, es 100% reciclable y tiene una menor huella de carbono que el vidrio porque en el proceso de reciclaje el vidrio necesita 1.500 grados para fundirse y el plástico solo 200, para lo cual consume más combustible”, Director Regional de Cristalpet, Álvaro Queijo.
Debido a la cantidad de botellas que se vierten en el mercado, Cristalpet S.A. vio la necesidad de reciclar para prevenir la contaminación ambiental. Por esta razón fundó Ecopet en el año 2001, primera empresa del Uruguay dedicada exclusivamente al reciclaje de envases PET.
En el año 2016, Cristalería del Uruguay S.A. es adquirida por Envases Universales de México, organización que lidera la fabricación de envases en el mundo y que decide fusionar ambas empresas (Cristalería del Uruguay S.A. y Cristalpet S.A.) para que funcionen bajo una misma razón: Cristalpet S.A.
Ecopet, una planta que puede reciclar hasta 600 toneladas de plástico PET al mes
La planta de producción Ecopet tiene una superficie de 18.000 m2, de los cuales 10.000 m2 están edificados. Dentro de la misma, hay una Planta de Tratamiento de Efluentes (PTE), que además de optimizar la utilización de agua en todo el proceso, elimina los residuos tóxicos para hacer posible su reutilización.
En Ecopet funcionan cuatro líneas de producción: botellas PET (se producen 2 toneladas por hora), preformas (1 tonelada por hora), plásticos varios (1.8 toneladas por hora) y tapitas (0.8 toneladas por hora).
Hasta el año 2022, en esta organización se reciclaban aproximadamente 200 toneladas de botellas de PET al mes (un 20% de las botellas que se producían). Álvaro Queijo, comentó a El Observador en el año 2019, que la planta cuenta con capacidad para reciclar hasta 600 toneladas al mes. Esto quiere decir que aún hay cientos de toneladas de material que se pierden en basurales y no llegan a la planta para ser procesados.
La actividad de la planta consiste en captar botellas PET postconsumo y postindustriales para molerlas, realizar un lavado y generar materia prima apta para elaborar nuevos productos dentro del mercado nacional e internacional. Una de las metas principales de la organización es reciclar el 100% de botellas PET que se generan.
Foto extraída de: https://www.gub.uy/presidencia/comunicacion/fotos/lacalle-pou-participo-inauguracion-planta-recicla-envases-plasticos-pando
Objetivos sustentables de Cristalpet S.A. y sus mayores desafíos
Cristalpet S.A., desde su planta de producción y reciclaje Ecopet, tiene como objetivo generar una mayor cantidad de escamas de plástico PET de excelente calidad, para poder fabricar resina y elaborar otros productos hechos a partir de plástico PET 100% reciclado.
Además, la empresa busca concientizar a la población acerca de la importancia del reciclado mediante la educación.
Uno de los mayores desafíos que ha presentado la planta de reciclaje es poder captar botellas PET postconsumo. Sin embargo, en los últimos años, autoridades nacionales y departamentales han comenzado a darle mayor importancia a la temática, enfatizando que el reciclaje de botellas PET no solo aporta al cuidado del medioambiente, sino que también apoya el desarrollo social, generando nuevos puestos de trabajo en toda su cadena; recolección, clasificación y transformación.
La infraestructura y la educación son dos pilares fundamentales para el reciclaje del plástico PET. Es necesario acostumbrarnos a dejar en un lugar las botellas post consumo, y para ello se vuelve imprescindible fomentar la educación en cuanto a la vida útil del plástico y sus diferentes maneras de clasificarlo.